Carrasco se va al sector privado, donde le deben los muchos favores que ha hecho a costa de esta empresa pública.
Su nefasta gestión se ha distinguido por el deterioro del servicio público, una programación errática, una pérdida constante de las audiencias en favor de la competencia privada, cerrando el Canal 2 Andalucía, desarbolando los centros territoriales y de producción, despidiendo a trabajadores y trabajadoras, echando el trabajo fuera mientras nuestros recursos técnicos están parados, incumpliendo lo pactado y firmado, etc.
En la tarea de despedazar y arruinar esta empresa pública no ha estado sólo, pues ha contado con la inestimable ayuda del Gerente y de la Directora de Recursos Humanos, que deberían de acompañarlo en su dimisión. Están totalmente desautorizados, no ya para negociar, que no saben porque son autoritarios, sino para llegar a acuerdos para lo cual son incapaces. Ellos crean los problemas (denuncia del convenio colectivo, recortes del 5% a la plantilla…) y en nada ayudan a resolverlos. Son parte del problema.
Comisiones Obreras tiene soluciones, que garantizan un mejor servicio público, una programación propia de calidad y la continuidad de los puestos de trabajo. Algunas de estas soluciones han sido respaldadas en un referéndum que han intentado boicotear torpemente.
Es el momento de cerrar un pacto con la representación de trabajadores y trabajadoras para el futuro de la RTVA. Estos gestores han demostrado no estar capacitados para ello. Por eso deben irse con Pablo Carrasco.