Desde Comisiones Obreras en Canal Sur, queremos rechazar y condenar las declaraciones realizadas por un portavoz Vox, durante la entrevista de ayer en el espacio de Canal Sur TV “Buenos Días”.
No es nueva la falta de respeto de este partido a la plantilla de la radio y televisión pública, ni las mentiras y falsas noticias sobre los medios de comunicación en general, y públicos en particular, a la que nos tienen acostumbrados. Pero ayer asistimos a un espectáculo vergonzoso, autoritario y demagógico, propio de las ideas antidemocráticas de esta formación política.
Las trabajadoras y trabajadores de Canal Sur no tenemos que soportar los insultos de personajes como éste. La plantilla de la RTVA lleva más de 30 años demostrando su profesionalidad, independencia y compromiso con el Derecho a la Información de la ciudadanía andaluza. Ni compartimos ni vamos a soportar injerencias que desvirtúen nuestro trabajo o cuestionen nuestra profesionalidad; vengan de la ultraderecha, de la dirección de turno o de cualquier otro poder económico o partidista. Son el Estatuto de Autonomía para Andalucía, votado por el pueblo andaluz, y el artículo 20 de la Constitución las normas que dan sentido a nuestra labor de informar y vertebrar Andalucía. Valores humanos y constitucionales que Vox ha rechazado en múltiples ocasiones. Ha sido noticia durante la reciente campaña electoral el veto y censura a compañeras/os de distintos medios de comunicación en sus mítines y actos públicos (usando dinero de las subvenciones públicas y ocupando espacios comunes).
Lo que ayer sucedió en Canal Sur Televisión debe tener una respuesta clara y contundente de los responsables de la cadena y del propio Parlamento, en defensa las trabajadoras y trabajadores. Comisiones Obreras ya advirtió que no se puede blanquear el extremismo (incluso antes de la formación del nuevo gobierno) en la radiotelevisión pública. Por ello, denunciamos que ayer se abriera una ventana en exclusiva en la televisión pública, alterando el formato habitual de la entrevista y suprimiendo las preguntas de los invitados, para dar voz a quienes nos quieren callar.
No todas las ideas son respetables. No lo es el delito de odio, la misoginia, el racismo o la homofobia. Tampoco es respetable quien cobardemente ataca a los más débiles y vulnerables, niños sin familia o personas que lo han perdido todo, quien se ríe en televisión de las víctimas del franquismo (suponemos que por empatía con los genocidas) o quien tapa y justifica el drama de la violencia de género.
La radiotelevisión pública debe ser una ventana al respeto, la libertad, la pluralidad y la solidaridad como valores de nuestra Autonomía.