La dirección de la RTVA invierte el tiempo en apañarse premios para lavar la mala gestión del Servicio Público de la radiotelevisión de Andalucía.
El premio "Talento" que recibirá Juan de Dios Mellado debería ser para las trabajadoras y trabajadores de Canal Sur por resistirnos y oponernos a una dirección que jamás ha estado a la altura de la plantilla.
En materia de personal, fuimos la plantilla quienes recuperamos la contratación de bajas, excedencias o de las tasas de reposición, con movilizaciones y presión. Al igual que las 229 plazas de la estabilización que la dirección no reconocía, ni defendía ante la Junta. A fecha de hoy seguimos esperando 38 contratos de vacantes del año pasado mientras aumentan los contratos de colaboradores. Seguimos muy por debajo de la plantilla estructural del Convenio y las futuras oposiciones serán un fiasco si no vienen más plazas, como CCOO viene reclamando. Ahí debería estar la dirección, exigiendo mayor dotación. Pero no está, ni se le espera.
En materia de Producción Propia, la actual dirección trabaja al dictado y sin disimulo para determinadas productoras (Secuoya, Hurí, 16 escalones, ADM, etc) copando la producción que debíamos hacer con medios propios en Canal Sur. Tampoco se cortan para seguir desmantelando los centros territoriales y de producción que están agonizando. Lo único que les importa es repartirse la tarta de la RTVA, desmontando lo público.
Respecto a pluralidad informativa, Mellado, puede presumir de haber situado a Zancajo al frente de los servicios informativos en plena pandemia. Precisamente cuando la ciudadanía necesitaba rigurosidad en vez de bulos. Actualmente mantiene una dirección de informativos al servicio de la agenda ideológica de Vox y que ha introducido el negacionismo de la violencia machista en nuestras tertulias y programas de radio y televisión. Acumula denuncias e informes del Consejo Profesional por el uso partidista de la RTVA, por la mala praxis periodística, manipulación o censura (como con las últimas movilizaciones por la Paz en Palestina).
La dirección ha ocultado la crisis de los cribados en el SAS y ha despreciado a las afectadas. Vergüenza debería sentir la dirección, si la tiene, porque tengamos que ser las y los trabajadores quienes nos pronunciemos públicamente frente a su falta de escrúpulos.
Por mucho que la dirección invierta en premios para promocionarse; el talento no se puede comprar. Es como la vergüenza, se tiene o no se tiene.












